El comentarista “tritón” ha puesto un vídeo de propaganda separatista en la entrada “Lumpen-nacionales” muy interesante que se merece un análisis exhaustivo, pues está hecho a conciencia y con sabiduría, y por lo tanto debe ser analizado con meticulosidad para que la propaganda se vuelva en contra de sus autores:
Música y alegría.
Este es un vídeo musical, en el que sale gente cantando, bailando y también riendo. No es música triste y melancólica, sino alegre y fiestera. Esto no es casualidad. Como propaganda que es, va dirigida a las emociones de la plebe, no al raciocinio. La música y transmitir alegría con gente riendo, bailando y saltando, son excelentes vehículos para vender productos en la publicidad comercial y en la propaganda política, debido a que el espectador cuando se ríe o cuando escucha música alegre, se divierte, pasando su estado mental a ser más emocional (fiestero) que racional (que requiere neutralidad emocional), y emocional alegre, por lo que asimila más fácilmente la propaganda sin racionalizarla.
Se deduce que este vídeo de propaganda política va dirigido sobre todo a jóvenes y niños, pues sigue el mismo patrón que los anuncios de publicidad comercial de la televisión dirigidos a gente joven mostrando a gente joven alegre, riendo, cantando y saltando. Los anuncios de la tele dirigidos a gente de más edad son en cambio más tranquilos y serenos. Era de esperar, pues son las nuevas generaciones las que más adoctrinadas están por la propaganda separatista recibida en el colegio y medios de entretenimiento, al ser las que han vivido bajo la dictadura democrática. La gente de más edad que se crió en el franquismo no recibió adoctrinamiento separatista, sino una educación nacional.
Tradicionalismo falso.
El vídeo comienza con un ruido de un cuerno y unos personajes vestidos con unas ropas rurales tradicionales, para transmitir el mensaje de la identidad exclusiva y diferenciada de lo vasco respecto de lo no vasco, como mecanismo de autoafirmación identitaria.
Pero yo pregunto, ¿los vascos van por la calle habitualmente vestidos así, o van vestidos al colegio, a la universidad y al trabajo, como el resto de españoles? Peor todavía, los vascos, ¿visten incluso igual que el resto de europeos y yanquis, siguiendo las mismas modas que nos imponen desde Yanquilandia con la televisión y el cine? Y los vascos emiten esos ruidos de cuernos del principio, o escuchan la música que viene de Yanquilandia a través de sus multinacionales mediáticas. O sea, que ese ropaje tradicional vasco es sólo para QUERER CREERSE distintos, porque en realidad, van tan uniformados en la vestimenta como los demás. Y no sólo en la vestimenta, sino también en la mentalidad (progresismo, feminismo, homosexualismo, etc.) y en todo. Es la primera farsa que el vídeo presenta.
Otra cosa sería si el vídeo pretendiera afirmar la real diferenciación sociocultural de unos indios amazónicos mostrándolos en su vestimenta habitual, o de indígenas australianos o africanos. Entonces sí nos creeríamos su mensaje de ser distintos, pero lo de este vídeo vasco es una farsa. Y es que el vídeo ni siquiera está rodado en el campo, sino en una localidad en la que se ve algo tan poco antiguo y tan poco tradiconal como una furgoneta y calles asfaltadas.
Victimismo.
Empieza la canción, y empieza con victimismo, (presumir de ser víctimas sin tener razón), autocalificándose como “pueblo oprimido” y “pueblo dividido”. La primera afirmación indica una intención independentista, de crear un Estado propio. La segunda indica intención expansionista, la de adquirir territorios de Francia (“llevamos mucho tiempo bajo dos estados”, dice la canción). Claro, como que no sois ni nunca habéis sido ninguna nación, gilipollas. De hecho, los grandes vascos de la historia han sido siempre españolistas y castellanistas. Es esta además la única parte de la canción de carácter más triste, para asociar ese sentimiento apesadumbrado con la supuesta opresión y división del pueblo vasco.
Queda claro que sin victimismo no se puede generar odio hacia el resto de España, y sin odio, el orgullo identitario queda desprovisto de motivación separatista, quedando reducido a un simple y natural orgullo por lo propio pero sin ir más allá. Para ir más allá, hace falta generar odio, y por eso el victimismo.
Por supuesto, el vídeo no explica ni demuestra que las quejas de estar oprimidos y divididos sean ciertas. Primero, porque no pueden, porque no tienen razón. El mero hecho de realizar y difundir este vídeo prueba que no están oprimidos, sino todo lo contrario, que el poder promociona crear vídeos como este de propaganda, y bien hechos, pues es un inteligente vídeo de manipulación en el que sin duda ha debido de intervenir algún psicólogo contratado. Y segundo, porque es un vídeo de propaganda para la gente, cuyo objetivo es ser emocional y nunca racional, por lo que cualquier explicación argumentada sobra y sólo serviría para estropear la diversión de la música, el cante y el baile, aguando la fiesta y la propaganda.
Borreguismo y religión.
Aparece un cura, y es que la religión como vínculo de conexión con el pueblo siempre ha tenido mucha importancia en el caso vasco. Así, el cura le indica al espectador que el pastor religioso está de parte del independentismo. Que el creyente no se va a salir del rebaño si es independentista, sino lo contrario.
La canción pasa a decir “reunámonos todos a favor de este pueblo”, como si el no ser separatista significara estar en contra. E incitación al borreguismo, por lo de ir todos juntos en la misma dirección. Y es que si no, pierden fuerza, claro.
Multirracismo = Nacionalismo falso.
Y de repente, el vídeo enfoca un grupo de gente vestida al más puro estilo occidental, de tal forma que por sus pintas vistiendo nadie los distinguiría de los no vascos. Pero espera, que hay un negro entre ellos, que da paso a unos cortadores de troncos. ¿El negro también es vasco? Pues a ver si me explican cómo de vascos puede nacer un negro puro. Porque es puro, no mulato. Es decir, inmigrante. Sale fingiendo que canta, para que el espectador se crea que está “integrado”. Y si uno se fija, verá que en el grupo de gente hay de otras razas también, como una china adulta. De hecho, los dos niños del grupo parecen inmigrantes y no vascos. ¿Es este el pueblo vasco oprimido? Jajajaja.
He aquí la segunda gran farsa del vídeo, demostrando que lo que entiende por pueblo vasco es la misma mezcla multirracial que vende en el resto de España, de Europa y de países occidentales. Pues para este viaje no hacían falta tantas alforjas, que dice un dicho clásico. Para terminar siendo multirraciales, para aceptar un negro, una china y unos niños inmigrantes, para eso que se hubieran ahorrado desde el principio los intentos por encontrar las diferencias en el RH y en los genes que supuestamente diferencian a los vascos del resto de españoles, ¿no?.
Que el vídeo promocione un pueblo vasco multirracial demuestra que sus responsables no son nacionalistas, sino el régimen mundialista que controla casi todo el planeta, y por eso, el nacionalismo vasco que promociona es una gigantesca farsa engañabobos. Y es que hay que tener muy presente que el objetivo de la invasión inmigrante es destruir la homogeneidad de las poblaciones que sustentan las naciones, por lo que al destruir las poblaciones se destruye la razón de ser de las naciones.
En efecto, cuanta más inmigración, más difícil será que surja un nacionalismo REAL que pueda arrebatar y recuperar la soberanía nacional de las garras del Nuevo Orden Mundial, porque cada vez queda menos gente autóctona diluida entre la marea de extranjeros. Los extranjeros jamás apoyarían un auténtico nacionalismo que tomara medidas en favor de la preferencia nacional, pues va contra sus intereses de forasteros. Los inmigrantes son la perfecta masa de votantes antinacionalista, y esa es la razón última de que nos los hayan metido.
Por eso el vídeo los incluye, para que vean que el “nacionalismo vasco” no es real, que no está basado en defender el propio pueblo y su identidad, sino solamente un arma política de división de España, y que los inmigrantes, como ese negro que se pone a cantar en un muy poco vasco y sí muy negroide rap, o esa china, pueden integrarse en el falso “nacionalismo vasco”, y seguir la corriente del poder político mundialista que es quien está detrás en realidad. El vídeo es un guiño a los inmigrantes para que acepten el separatismo vasco y sumen fuerzas a la causa.
Pero ojo, sólo sale un negro, aunque ocupando mucho protagonismo cuando sale, pero sólo uno, y el resto de inmigrantes los ves si te fijas, sin enfocarlos mucho. Y es que no hay que abusar, no vaya a hacer pensar a los espectadores sobre la auténtica naturaleza (engañosa) del nacionalismo vasco que les venden, y los vaya a alarmar y se vayan a alejar. Por eso, el criterio racial es siempre decisivo para distinguir si lo que te presentan es veraz o una farsa.
Objetivo real.
El vídeo pasa a extender el independentismo a otras regiones de España, por medio de la canción (“viva los pueblos libres”, en plural), y de la exhibición de un montón de banderitas separatistas (catalanas, gallegas, etc.) al amparo del separatismo vasco que hace el papel de protector o mecenas de los demás separatismos. Así, los separatistas vascos están en la planta baja del edificio, y en la de arriba están los demás, sus “ahijados”, en una metáfora de ocupación posicional del espacio del edificio. Luego, cede algo de protagonismo con el separatismo cagalán, quedando el vasco a un lado y el cagalán al otro (con el niño con la camiseta del Farsa, que no puede faltar, claro), y los pringados de los otros separatismos menores que nadie (con dos dedos de frente) hace caso, como tontos útiles sumando fuerzas todos juntos en una mesa.
El objetivo real, como digo, es crear falsos nacionalismos que sirvan para debilitar y dividir la nación real: España. Y es que, cuanto más dividido esté un país, más fácil es de controlar.
Imaginemos por un momento que el separatismo vasco o el catalán triunfan y crean un nuevo país. Serán países más pequeños que España, aunque consiguieran los unos y los otros apoderarse de los territorios extendidos que reclaman (Euskal Herría y Países Catalanes, respectivamente). Al ser países más pequeños, serán países menos importantes y más OBEDIENTES con el Nuevo Orden Mundial.
Imaginemos que se vuelven nacionalistas de verdad y se empeñan en echar a los inmigrantes, establecer una política de preferencia nacional, nacionalizar la banca, prohibir el interés del dinero, o cualquier otra medida nacionalista. O simplemente, aún obedeciendo a los usureros internacionales, desean tener algo de independencia o de protagonismo. Pues bien, la reacción del régimen mundialista será realizar contra estos recientes nuevos países un BOICOT económico total (también una guerra, pero no hace falta llegar a tanto). Con un boicot total, tendrían que vivir en autarquía, pero para ello, hay que tener suficientes recursos energéticos y naturales. Si no se tienen esos recursos, no se puede vivir en una sociedad de gran complejidad tecnológica autárquica, sino en una de baja complejidad. Es decir, si no tienes petróleo, ni patentes, ni otros recursos, y no los puedes importar porque te están haciendo un boicot económico total, no puedes vivir en una sociedad tecnológica. Y no puedes tener esos recursos porque tu micronación es pequeñita, un subconjunto de lo que antes era España, y te faltan embalses, te faltan minas, te faltan científicos y hasta terrenos de cultivo. Te falta de todo y no puedes comerciar con el extranjero por el boicot. Podrás vivir en una sociedad agrícola y ganadera, en la miseria. Y ni siquiera esto, pues requiere un tiempo de transición, y mientras cambias a una sociedad agrícola y ganadera, habrá muchos disturbios sociales, hambre y muertos. Y si todavía sigues siendo nacionalista después de la quiebra de toda la economía industrial y de servicios viviendo en una sociedad agrícola, pues te invaden con toda facilidad, si es que para entonces les apetece tenerte dominado en vez de dejar que te mueras de asco, claro.
Así que lo que dice la canción de “ya es hora de cortar las cadenas” no sólo es falso, sino lo contrario. Es atar las cadenas más en corto todavía.“Independencia y socialismo” dice la canción al final. Y yo corrijo: pero socialismo internacionalista, no nacionalista, y por lo tanto, NINGUNA independencia.
Ese es el auténtico objetivo de la promoción de todas esas micronaciones (con banderas con estrellas rojas judeocomunistas): Dominarlos de una manera más completa y total que ahora con las naciones de Europa de tamaño medio como España, Francia o Alemania (las cuales están ya bastante dominadas). Y todo lo demás, es propaganda para borregos gilipollas.