A todos los que militáis en movimientos
de índole nacional, a los que queréis una España unida, grande y libre, a
los que lucháis por un ideal de justicia social en lo profundo… a todos
vosotros, camaradas, va dirigida nuestra llamada.
Nuestra llamada no es una llamada de partido ni de clase, sino que, por el contrario, es una llamada de unidad nacional.
Todos nosotros tenemos una misión
asignada desde hace tiempo, una misión por la que día a día trabajamos y
que debemos cumplir, para bien de nuestra Patria y para no convertir en
estéril la sangre de tantos caídos por España: la tarea de devolver a
España un ímpetu nacional auténtico y asentarla sobre un orden social
distinto, la apremiante tarea de recobrar nuestra España tradicional,
exacta, difícil y eterna.
Para ello, nosotros tenemos marcado un único camino, el camino de la
revolución nacional-sindicalista, revolución ésta que -ya lo sabréis-
tiene como característica formal el orden. Una revolución que tiene una
ética y un estilo, el nacional-sindicalista, y que debe empezar a
germinar en nosotros mismos.
Porque ¿cómo vamos a implantar un Orden
Nuevo, cómo vamos a recobrar nuestra España exacta, difícil y eterna, si
nosotros mismos somos incapaces de asumir la conducta que nos debe
convertir en los mejores?.
El militante nacional-sindicalista,
aquella persona que lucha por la grandeza de España, ha de destacar
sobre el resto de la masa.
Un ambiente de chabacanería y apatía por todo lo referido a la ética y al estilo, ha invadido nuestros grupos.
Camaradas, aun estamos a tiempo de
evitar que nuestra doctrina pierda uno de sus más valiosos aspectos: el
sentido ascético y militar de la vida, aquello que de veras nos ha
movido siempre y que hoy hemos perdido. Es hora de que llevemos nuestra
camisa azul sabiendo, de una vez por todas, lo que esto supone.
Camaradas, si hoy hay algo que nos
mantiene desunidos, que una característica clara nos diferencie de los
demás: el ser verdaderos militantes nacional-sindicalistas, que allí
donde estemos se note nuestra presencia, como españoles que no quieren
para su Patria lo zafio, vulgar y tosco.
¡ ARRIBA ESPAÑA !
De Juan Ignacio González, Secretario General del Frente de la Juventud hasta su asesinato, el 12 de diciembre de 1980.
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