domingo, 15 de enero de 2012

Pánico moral y...


Stanley Cohen, profesor londinense de sociología y escritor destacado en criminología, es conocido por acuñar el término “pánico moral” en su libro de 1972 llamado Folk Devils and Moral Panics. La disertación de su estudio trata sobre la reacción social y el tratamiento realizado por los medios de información británicos en lo referido a los violentos enfrentamientos entre Mods y Rockers a finales de la década de los 60. 


En sociología, un “pánico moral” es la reacción de la ciudadanía basada en la percepción falsa o exagerada de algún comportamiento cultural o de una subcultura en concreto, peligrosamente desviada y que representa una amenaza para la sociedad.

Cohen sugiere como los medios de comunicación sobredimensionan aspectos concretos de determinadas subculturas juveniles que son vistas como un desafío a las normas sociales existentes para crear una especie de “estado de alarma” en la sociedad bienpensante. Este caldo de cultivo crea el llamado “pánico moral” entre los aturdidos ciudadanos poco acostumbrados a discernir, creando así un efecto “acción/reacción” de ida y vuelta que acaba inevitablemente con la condena y reprobación total de la opinión publica hacia estos fenómenos juveniles. Como consecuencia directa de esta acusación colectiva esta el apuntalamiento entre los jóvenes de esas mismas actitudes y comportamientos que se les reprocha. Si no quieres sopa, toma dos tazas.

Por otro lado, también es muy típico ver como muchos jóvenes que se acercan a cualquiera de nuestras gloriosas subculturas (modos de vida), parecen apoyarse tan solo en estos arquetipos creados de modo interesado por el sistema. Se compran una ropa determinada y chapotean felizmente entre los posos más turbios que quedaron tras un incesante vertido de falacias y despropósitos. Unas pobres victimas más del “pánico moral”, pringadas de incertidumbre, que las tendrán que pasar muy putas para encontrar su lugar.

Muchos de nosotros, a los que el listillo del señor Cohen no dudaría en llamarnos “folk devils” (lo que en español vendría a decir algo así como: demonios populares), ya estamos acostumbrados a que se nos desprecie y a que se nos señale con el dedo. Nos cargan con pesadas culpas que no nos pertenecen y nos acusan de ser un maldito cáncer para la salud de su sociedad ideal. Estamos cansados de su afán por producir y vender controversias, argumentos estúpidos y falsa tensión social sobre nosotros. ¿Por qué otros “pánicos morales” en cambio os resultan tan tabú? ¿Por qué el trafico de drogas, el aborto, los pederastas, los violadores, los banqueros, la destrucción de los pueblos, los abusos de poder, etc, etc, etc… no parecen tener un verdadero interés para vosotros en esta maldita sociedad? 

Por supuesto, es mucho más fácil culparnos de todo a los jóvenes. Preferís que cojamos la vía de la discoteca a la de la lucha. No os interesamos, no os interesa nuestro futuro (y por consecuencia el futuro de nuestro país), nos estáis condenando a una existencia mecanizada que acabará por explotaros en las manos.
Del blog: Pintan Bastos

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