lunes, 9 de enero de 2012

¿RACISTA?

Desde la progresía se acusa a cualquiera que no esté a favor de la entrada masiva, ilegal y desordenada de inmigrantes en España de ser un racista, entre otras lindezas. La maquinaria de propaganda progre pretende equiparar la defensa de nuestros propios intereses a la de los intereses foraneos, para criminalizar a cualquiera que piense que ya basta, que en España no cabe todo el mundo, y que aquí no se puede venir de cualquier manera, y mucho menos a vivir a costa de los servicios sociales que nos hemos otorgado los españoles.

Abogar por el sentido común no puede ser tildado de actitud racista, ni de lejos. Sin embargo, los progretas, que recordemos viven en zonas acomodadas y por tanto no sufren el marron migratorio, no dejan pasar ni una ocasión para calumniar e insultar a cualquiera que no piense como ellos en el tema de la inmigración.

Cualquier afirmación de lógica es tachada inmediatamente de racista, hasta la evidencia. Si dices que los inmigrantes cometen más delitos que los autóctonos, como demuestran las estadísticas, te tachan de racista. Si dices que no tienen por qué votar, ya que eso implicaría a la larga la creacion de partidos al servicio de intereses ajenos a la sociedad española, también te llaman racista. Si dices que el islam es incompatible con la democracia, la civilización y el progreso (el progreso de verdad, no el de los progres) además de racista te llaman islamófobo. Cualquier medida que se apunte para frenar el descontrol migratorio que sufrimos recibe de inmediato la etiqueta de racista.

No puede ser que los progres conviertan ese calificativo en un arma arrojadiza de uso completamente ilegítimo, máxime cuando todos los medios de comunicacion, los politicos desde sus poltronas, el poder financiero, las asociaciones, ONGs y demás multiculturalistas son favorables a esta debordante inmigracion masiva que ya está transformando nuestro hábitat y pais desde todos los puntos de vista, sin tan siquiera haber consultado a la poblacion si querían sufrir esa transformacion tan radical de su entorno. Por eso, y por muchas mas cosas, es necesario que el tema de la multiculturalidad sea llevado a debate entre la ciudadanía mediante una consulta popular y varios referendums en los que se consulte al pueblo si cree en los benefecios migratorios que tan santificadoramente nos vende la oligarquía que nos malgobierna.

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