lunes, 25 de marzo de 2013

El maquiavelismo de hoy en día.

"Maquiavelo y la Historia en general demuestran que en política se afirman con preferencia los que saben pasar por encima de los escrúpulos y de los imperativos de la propia conciencia. Aquí está el quid de la cuestión. No se crea que hoy, en régimen parlamentario-democrático, ha dejado de ser cierto. El fenómeno se ha acentuado pavorosamente. No se trata ya de concebir planes de vasto alcance, como en la patriótica y primitiva elucubración del Secretario florentino. Se trata por el contrario, de un maquiavelismo de vía estrecha, y por ello mucho más mezquino e innoble, destinado a poner en evidencia a los compañeros de corriente o partido, a montar un escándalo inexistente, a pasar de contrabando falsas acusaciones, difícilmente desmentibles. En otras palabras, lo que hacen  corrientemente nuestros políticos, que se declaran solidarios pero que no lo son, que juegan con dos barajas, que se mueven por la jungla política comportándose con escasa corrección en sus relaciones con sus colegas.

Hoy que la política se hace sobre todo no por lo que es, sino por lo que se aparenta ser, asistimos a un verdadero triunfo del maquiavelismo más destructivo. En este aspecto se distingue especialmente la prensa; lo mismo la de partido que, peor aún, la independiente o seudoindependiente. La prensa tiene a silenciar las noticias que interesan más y a minimizar o ignorar a propósito lo que está en contradicción con “las verdades” que se desean inocular insidiosamente en los cerebros de los lectores. Y también esto es maquiavelismo, y del más bajo, porque actúa de un modo discreto, indoloro y aprovechándose de la buena fe ajena."

Carlo Sburlati

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