lunes, 17 de septiembre de 2012

Traidores ante el separatismo.

Hay dos clases de enemigos: Los enemigos exteriores (que pueden intentar permanecer ocultos o dar la cara abiertamente) y los traidores (que fingen estar supuestamente en el propio bando). Este segundo grupo es el que requiere más atención en su desenmascaramiento. Aquí voy a tratar a los traidores ante el separatismo.
Con la reciente manifestación separatista del día 11 de septiembre, estoy encontrándome con multitud de españoles no catalanes diciendo que quieren que Cataluña se independice aunque sólo sea “para no aguantarles más”, o con argumentos económicos ridículos. 
Estos traidores son de dos clases: Los políticos y los votantes. Los políticos tienen la responsabilidad de gestionar el país y por eso se les critica mucho. En cambio se critica poco a los votantes, porque hacerlo significa criticarse a sí mismo, pues casi nadie está libre de pecado. Pero como yo sí estoy libre de pecado en este asunto, me gusta incidir en la crítica a los votantes y a la población, pues además es necesario sacar a la luz sus abundantes culpas y responsabilidades en la traición a España.
Los que se muestran sumisos y entreguistas ante los separatistas son la misma gentuza que llevan desde 1975 votando a los partidos políticos que han generado los gordísimos problemas que tenemos: UCD, PSOE y PP, sabiendo que la situación iba a evolucionar como lo ha hecho, pues no hace falta ser muy listo para predecir cómo iba a evolucionar el proceso tras ceder el Estado voluntariamente el sistema educativo y los medios de comunicación públicos a los separatistas para que adoctrinaran a la población fomentando el separatismo. Lo mismo se puede decir de los perjuicios que iba a acarrear para la población la inmigración masiva, o la relajación excesiva de las normas morales con el consiguiente florecimiento de la corrupción. Lo sabían de sobra, pero miraban hacia otro lado y seguían votando a sus partidos traidores, UCD, PSOE y PP.
Y lo hacían porque aquí casi nadie vota con criterios morales, sino con criterios económicos, o sea, con el “criterio” (¿?) de que si les va bien económicamente lo demás les da igual: separatismos, excarcelación de terroristas o criminales, invasión inmigrante, corrupción política, destrucción del sistema educativo ¡de sus propios hijos!, etc.
Esta plebe que no pueblo español, dice sin avergonzarse que no les importa que se independice una región suya, empeorándolo todo:
  • Hay perjuicios objetivos y materiales como perder territorio, población, economía, etc. en caso de secesión, para ambas partes.
  • No se ataca la causa real del problema, que es que no tenemos un gobierno español desde 1975, sino que somos un país marioneta y dependiente, con una mafia al servicio de la élite mundial que promociona el separatismo para debilitar las naciones, no sólo en España, sino de otros países europeos también. Por eso hay separatismos nuevos inventados recientemente, como el andaluz o el asturiano, completamente ridículos, infundados y apoyados por poderes públicos y medios de comunicación privados, sirviendo todos a este propósito de “divide y vencerás”.
  • Con la separación de Cataluña no se arregla el separatismo vasco que es igual de importante, sino que por supuesto se agravaría y los animaría más todavía a seguir su camino, y lo mismo sucedería con los demás separatismos “históricos” o nuevos.
¿Son tan idiotas para no entender los puntos recién mencionados?. Claro que no. Es simplemente traición por cobardía e incluso simplemente por desidia(“para no aguantarles más”), para enfrentar el problema que ellos mismos han contribuído a crear y a crecer. Me cago en todos ellos. A esta gentuza no-española no les importa traicionar a sus antepasados que lucharon por España, ni les importa traicionar a los españoles de bien de Cataluña o Vasconia que no son separatistas, a los que dejarían abandonados en un ambiente declaradamente hostil. Incluso tienen la cara dura de decir que emigren a España. No señor, que emigren los separatistas a Madagascar o a donde les dé la gana o donde les aguanten, que son ellos los que quieren separar un territorio que nunca ha sido nación independiente. El territorio es de todos los españoles, y no porque a unos mierdas les dé por querer independizarse vamos a permitírselo voluntariamente y dócilmente y encima jodiendo a los españoles de bien, obligándoles a irse de su tierra.
Lo más grotesco es que los separatistas tienen tanta o más cobardía para defender lo que pretenden que los traidores españoles, y la prueba es el borreguismo extremo repitiendo los ridículos mantras separatistas, que demuestran su incapacidad mental para pensar por sí mismos con objetividad, esto es, su extrema debilidad, de lo que se deduce una muy probable gran cobardía. Por lo tanto, es de lo más ridículo esta cobardía ante el separatismo, pues no son nada que temer. Y peor todavía, considerando que el problema se puede resolver de una manera limpia, cerrándoles el grifo del dinero con el cual la administración catalana mantiene la red clientelar de corrupción y control de la sociedad catalana presa y orientada hacia el separatismo. Sin dinero, se derrumba la multitud de organizaciones para el patrocinio del separatismo, se derrumba la censura sobre los medios de comunicación por medio del CAC (Consejo Audiovisual de Cataluña) y se derrumba el sistema educativo catalanista, retomando el control por el Estado para desandar el camino de adoctrinamiento. Y si no fuera suficiente porque el separatismo prefiriera destruir los servicios básicos antes que el sistema de propaganda, bastaría con aplicar cierto artículo de la Constitución contra la autonomía rebelde.
Pero claro, hay que querer hacerlo, y si hemos llegado hasta esta situación es porque los partidos políticos del régimen nunca han querido detenerlos, sino todo lo contrario, que los han promocionado, porque son en realidad marionetas del mundialismo (N.O.M.) que usan el separatismo como arma de división contra las naciones (no sólo contra España sino también contra otros países europeos y no europeos: Lyndon Larouche denunció hace años un plan para fragmentar Brasil), para facilitar la implantación del gobierno mundial. Y con una población despreciable infinitamente más mezquina que sus antepasados votándoles antes y ahora, y ahora criticando hipócritamente a la “casta política” pero colaborando con ellos y con los separatistas en concederles la independencia, estamos como estamos. Con traidores así, no hacen falta enemigos exteriores. El problema de España es ante todo, de derrumbe moral.

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