José Francisco Vázquez, presidente de la Asociación juvenil Murcia Azul, para eloccidental.es
Nos encontramos en una situación de ignorancia que impera en la sociedad actual y sobre todo en la juventud. Cuando en los centros educativos se escucha la palabra huelga, los rostros de los alumnos se iluminan con gran felicidad y todos la apoyan, pero, ¿qué apoyan? Ni ellos mismos lo saben, desconocen quien convoca la huelga y que quieren conseguir con ella, no conocen si habrá concentraciones o manifestaciones, desconocen que es un sindicato estudiantil y cuáles son sus fines y funciones.
Podemos decir que esta juventud se ha convertido en una masa aborregada que sigue a la multitud sin idea alguna de donde va, y sin parar un segundo
a pensar, ¿qué hace? y ¿por qué?
Para estos alumnos hacer huelga significa quedarse en casa y no hacer nada, les da igual las manifestaciones o concentraciones, al fin y al cabo es la excusa perfecta para no hacer nada, pero claro, también tienen la opción de salir a la calle y montar follón, enfrentamientos contra la policía, romper material urbano, destrozos y robos a los comercios y un amplio etcétera.
¿Qué opción tienen los alumnos que rechacen la huelga? Asistir a clase y prácticamente no hacer nada ¿por qué? Porque al ir la minoría los profesores se niegan a adelantar materia y deciden, o no hacer nada o a repasar un poco. También pueden recibir mofas de los compañeros por asistir a los centros o insultos de los cuatro piquetes de turno, sí, esos que van de liberales.
Los principales sindicatos actuales ya sean de trabajadores o estudiantiles, son basura corrompida, politizada y con formas de actuar arcaicas. Unen la política a sus protestas separando a la sociedad en vez de unirla para conseguir sus metas, rechazan a los que no tienen su misma línea política y aquellos que porten en algún acto cualquier bandera que no sea anarquista, republicana o comunista, son expulsados por la fuerza y utilizando la violencia.
Personalmente, me niego a seguirles el juego a estos sindicatos, que se quejan de recortes pero que las subvenciones hacia ellos se las guardan sus altos cargos que ocupan esos lugares por puro interés personal para conseguir beneficios a nivel particular, que no les importa nada lo que representan y que solo saben quejarse pero nunca proponen ninguna solución.
Siguiendo a este tipo de personas, es normal que estemos los primeros a nivel de fracaso y abandono escolar en Europa. Siempre elegimos el camino fácil y el de la gandulería. Yo propongo, ¿por qué no hacer huelga a la japonesa? Encerrándonos en las aulas y negando abandonarlas de forma organizada o pacifica. Si hay tantos estudiantes en contra de los recortes, ¿por qué no reúnen un mínimo de 500.000 firmas y las entregan en el congreso? Son ideas sencillas y que pueden resultar eficaces. ¿Por qué no lo hacen, sabiendo que la dinámica que llevan ya en décadas no sirve de nada? Bueno, pues yo imagino que no se hace porque es más fácil hacer el gandul y montar escándalo.
Y tú, ¿qué opinas?
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