- Las que homenajean a los terroristas etarras,
siguen en calles y plazas del Pais Vasco, con el beneplácito de los
jueces de la Audiencia Nacional, pero las colocadas en honor de los
cayeron en el bando franquista durante la Guerra Civil, son arrancadas
de cuajo.
La de Pedro Bernando, en la provincia de Avila, era una de esas
placas de mármol blanco, encastradas en uno de los muros exteriores de
la iglesia y que en muchos cientos de pueblos aparecen dedicadas a los
"Caídos por Dios y por España".
Operarios del Ayuntamiento de la localidad abulense
(1.099 habitantes) retiraron este viernes la placa de la iglesia,
dedicada a José Antonio Primo de Rivera, fusilado por los republicanos
durante la guerra civil de 1936, y a todos los vecinos de la localidad, a
los que el bando republicano dio el "paseillo" al inicio de la
contienda, o que murieron en el frente luchando contra los "rojos".
Según asegura la Asociación de la Memoria Histórica,
los operarios retiraron la placa, porque "exaltaba a José Antonio Primo
de Rivera y a los vecinos del municipio que murieron luchando en la
Guerra Civil apoyando el golpe militar".
El arranque se ha efectuado después de varios intentos frustrados, a
los que se opusieron con vehemencia varios paisanos y el párroco de la
localidad.
La única concejal socialista del pueblo, Isabel Fernández, cuyo
abuelo fue uno de los "desaparecidos" del bando republicano, ha sido la
gran promotora de la retirada del símbolo falangista.
Varios vecinos y el párroco de la localidad se opusieron a la retirada
No es, sin embargo, la primera vez que se ha intentado quitar la
placa. A finales de mayo, varios obreros fueron enviados a arrancarla,
como había aprobado el pleno municipal, con los votos en contra de los
cuatro concejales del PP.
En aquella ocasión, parte de los vecinos, encabezados por el
párroco, se opusieron violentamente e impidieron que se quitara la
placa.
Este viernes -dos días después de que la Audiencia Nacional
concluyera que no es delito homenajear con calles, parques y plazas a
los asesinos etarras-, han aplicado sin remilgos en este rincón de Avila
la Ley de Memoria Histórica, que entró en vigor el 27 de diciembre.
Pedro Bernardo
es un pueblo del Tiétar, que comenzó la guerra de 1936 en manos de los
"rojos" y fue conquistado a las pocas semanas por los "nacionales". Y
como en todos los sitios, hubo muertos. Unos asesinados por los que
mandaban al inicio. Otros, por los que triunfaron después.
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