TdE/El
pasado 18 de abril, se celebró una asamblea del profesorado de
secundaria de Barcelona en el Instituto Jaime Balmes. Se reunieron
representantes de unos 70 Institutos públicos para expresar su rechazo e
indignación ante la interminable lista de agresiones a la enseñanza
pública y a su profesorado perpetradas por el gobierno de la
Generalitat y el Gobierno central, que parecen lanzados en una carrera
frenética para ver quien es más neoliberal, quien recorta más y quien
queda mejor con sus dueños del Banco Central Europeo y del Fondo
Monetario Internacional.
En la asamblea se propusieron diversas
propuestas de lucha, que ahora se están discutiendo y votando en los
centros. Quiero comentar una que considero particularmente interesante:
para el curso que viene boicotear los libros de texto y las licencias
digitales, y trabajar únicamente con apuntes, dossiers o fotocopias. A
mi modo de ver la medida, si se realiza, tendrá un triple significado:
ideológico, político y social.
Desde el punto de vista ideológico es
una reivindicación de la libre circulación de la ciencia, de la cultura y
del conocimiento, en contra de la tendencia neoliberal que pretende
privatizarlo todo, y en contra de la presunta defensa de los “derechos
de autor”, detrás de la cual se esconden los “derechos” de las
editoriales. En realidad los libros de texto no tienen ya “autor”: hay
un editor nombrado por la editorial, que en teoría coordina un supuesto
trabajo en equipo, que no es tal, y selecciona los contenidos en función
de criterios de mercado, y no pedagógicos. Es un caso clásico de
explotación, donde la empresa se apropia del trabajo del autor,
alienándolo respecto al mismo.
Desde el punto de vista político, a la
hora de movilizar fuerzas sociales en contra de los recortes en
educación pública, la acción puede ser sumamente eficaz. Las editoriales
obtiene pingües beneficios con los libros de texto, y una medida de
este tipo significaría para ellas perdidas millonarias. Ejercerían toda
su capacidad de presión, que es mucha, sobre las administraciones
educativas.
Desde el punto de vista social la medida
puede tener gran trascendencia, pues significará un gran alivio
económico para las economías familiares, especialmente las más débiles,
castigadas por la crisis.
La aplicación de esta medida
significará, sin duda, más trabajo para los docentes. Así demostraremos
que no somos unos egoístas insolidarios y vagos, sino que nos
movilizamos no solamente en defensa de nuestros derechos, sino en
defensa del derecho de todos a una educación pública digna.
En la próxima asamblea del 9 de mayo veremos si se ratifica la medida.
José Alsina Calvés
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