Una detención rutinaria por venta ambulante ilegal realizada en el barrio de Lavapiés (Centro), se convirtió este domingo en una revuelta vecinal con pedradas, disparos al aire de la Policía y dos agentes de la Policía Local heridos.
Todo empezó sobre las 14.45 horas cuando dos policías, que formaban parte del servicio de control rutinario del Rastro de Madrid, trataron de identificar a un vendedor ambulante de CD y DVD pirata y de origen senegalés que estaba apostado junto al metro.
El hombre, tras negarse, se enfrentó a los policías y salió corriendo hacia la cercana calle Amparo, momento en el que varias personas que había en la zona criticaron la actuación policial y comenzaron a increpar a los agentes. Entre ellos se encontraban numerosos inmigrantes ilegales. En la refriega hubo un intercambio de golpes y alguna pedrada, según el Ayuntamiento de Madrid, razón por la que los policías se vieron obligado a pedir refuerzos, personándose en la zona varios antidisturbios.
La tensión llegó hasta tal punto que uno de ellos tuvo que disparar al aire para evitar se agredido. Al final pudieron efectuar la detención, pero ambos acabaron heridos. Uno con contusiones y otro con un golpe en un ojo por el que fue dado de baja. Otro implicado en la revuelta también fue atendido por los servicios de emergencia del Ayuntamiento de Madrid.
Según un portavoz de la Comisión Legal del 15-M, el número de detenidos en la revuelta asciende a cuatro, pero este punto no ha sido confirmado por la Policía. Además, otros testigos del suceso han asegurado que la actuación de los agentes fue violenta, y que hasta llegaron a utilizarse descargas eléctricas contra los congregados. En Twitter, algunos testigos hablaban este domingo de una “redada racista”.
Altercados por colarse
No es la primera vez que la identificación de un inmigrante termina con una revuelta en Lavapiés. En julio de 2011, decenas de personas increparon a la Policía cuando varios agentes intentaban trasladar a un ciudadano extranjero a una comisaría para identificarlo. El arrestado era Ablaye Seck, un senegalés de 29 años. Acabó saliendo libre puesto que tenía sus papeles en regla”
No es la primera vez que la identificación de un inmigrante termina con una revuelta en Lavapiés. En julio de 2011, decenas de personas increparon a la Policía cuando varios agentes intentaban trasladar a un ciudadano extranjero a una comisaría para identificarlo. El arrestado era Ablaye Seck, un senegalés de 29 años. Acabó saliendo libre puesto que tenía sus papeles en regla”
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