TdE/Santiago Niño Becerra, Catedrático de Estructura Económica
«Dentro de poco trabajará mucha menos gente y muchas más horas»
Controvertido y siempre rotundo, augura un nuevo modelo con trabajadores muy especializados, y una mayoría sin empleo fijo
DAVID TABERNA | BARCELONA
«La clase media va a desaparecer, y las pensiones también; lo saben hasta mis alumnos de 25 años»
Criticado y alabado casi a partes
iguales, el economista Santiago Niño Becerra no deja indiferente a
nadie. Un año más volvió a sembrar la inquietud en los Encuentros de
Innovación que anualmente celebra Ibermática. Esta vez lo hizo en
Barcelona, donde anticipó un nuevo modelo de la economía española basado
en la «optimización y la eficiencia». «La realidad actual es horrorosa.
Para salir del quinto infierno habrá que trabajar 80 horas al día,
renunciar a lo que haga falta y tirar adelante».
- Hace un año planteaba sin
rubor que quizá en el mercado laboral español sobraban cuatro millones
de personas. ¿Ahora sobran cinco?
- Hemos estado viviendo en un modelo que
ha funcionado muy bien y que se basaba en varios aspectos. Uno de ellos
trataba de ocupar a la máxima cantidad de gente posible. Está claro que
simplifico mucho, pero en resumen se trataba de darle o salario o renta
o ayuda o crédito para que consumiera y para que la rueda continuara. Y
ha funcionando muy bien. Lo ha hecho de maravilla. El problema es que
se ha supuesto que la cantidad de recursos era ilimitada, lo cual
sabemos que es falso. En segundo lugar, este hiperconsumo ha partido de
la base de dar a la gente una capacidad de endeudamiento. Cuando esa
capacidad se ha agotado, adiós.
- Bien, y ¿ahora?
-Estamos en una situación de crisis
donde sobra gente que no puede ser ocupada debido a que hay un exceso de
capacidad productiva que nadie puede comprar porque la capacidad de
endeudamiento se ha agotado. Evidentemente, para salir de esta situación
no podemos usar las herramientas que nos han llevado a esta crisis.
- ¿Y cuál es la varita mágica?
- La realidad es horrorosa. De 2007 a
2010 hemos vivido la precrisis, y estas situaciones -hemos tenido 19
crisis similares en los últimos 2.000 años- duran diez años, por lo que
se prolongará hasta 2020. Por tanto, ahora estamos en el quinto
infierno. A partir de ahí, habrá que trabajar 80 horas al día, renunciar
a lo que haga falta y tirar adelante. El nuevo modelo estará basado en
la eficiencia, y la productividad para optimizar. En otras palabras, que
trabaje menos gente y la que lo haga que trabaje mucho más.
-¿Ése es el modelo? Dan ganas de salir corriendo.
-Vamos a un modelo en el que la clase
media, que ha sido uno de los inventos del modelo nuestro, va a
desaparecer. En 1850 no había clase media. Por tanto, la clase media
desaparece. Va a haber un tipo de gente que serán profesionales
necesarios, que no llegarán al 10 o 15% de la población y trabajarán 60
horas al día. Luego, habrá otra clase de gente (otro 15%) con trabajos
puntuales, que trabajarán colaborando con los otros. Otro 15% trabajará
de manera muy ocasional, y por último, el resto de gente, no tendrá nada
que hacer. Y creo que el mensaje de que en España hay más de cinco
millones de parados nos está diciendo eso, que el modelo actual no puede
con ello.
- ¿Quiere decir que lo normal va a ser que un trabajador llegue a los 60 años sin haber tenido nunca un trabajo estable?
- ¿Se refiere por el tema de la jubilación?
- No, pero bueno, ya que saca el tema, supongo que con este escenario que presenta hablar de ella será una ironía.
- Eso se acabó. Mis alumnos de 25 años ya lo saben.
- ¿Fin entonces a las pensiones?
-Hombre, no a todas. Van a seguir
existiendo personas necesarias. Pensemos en un gran neurocirujano. Ese
señor dirá que quiere jubilarse y no le dejarán.
- Entonces, ¿hablar de reformas de las pensiones, de la negociación colectiva.. es sólo engordar para morir?
-La negociación colectiva se encuentra
dentro de la reforma laboral, que se puso en marcha para reducir la tasa
de temporalidad. Y es verdad, se ha reducido porque hay más paro. Todo
acabará regulándose -también el derecho de huelga- con un objetivo:
reducir los costes laborales para que las empresas ganen una cierta
competitividad ya que el modelo productivo español no da de sí. Por
tanto, en un asunto muy raro. Nunca vamos a competir en costes
salariales.
- ¿Y cómo vamos a llegar a ese modelo donde sólo algunos trabajarán y lo harán mucho? ¿Por inercia?
-Ya estamos llegando.
-Hablemos de más cosas que asustan. ¿Grecia?
-Grecia es un invento.
- Pues a otra cosa….
-No, ahora en serio. Cuando se dice que
hay que rescatar a Grecia se quiere decir en realidad: hay que rescatar a
la banca alemana.
- ¿Lo dice por su gran exposición a la deuda griega?
- Grecia no importa, como si mañana se
la llevan los marcianos. Lo que importa es que pague. Quien tiene
problemas no es Grecia, sino la banca alemana, francesa… El problema de
la banca alemana es que está metida en todos los charcos. Es la banca
más comprometida del mundo.
-¿Y todas las advertencias de que España está en la lista?
- España importa otra mierda pero es
irrescatable. La ayuda que necesitaría la banca lo haría imposible. Y
nos están vendiendo que el problema de España es la deuda pública,
cuando no llega al 67% del PIB. El problema es la deuda de las empresas y
los bancos. Y ése es el gran drama, porque son los que deben tirar de
la economía. Un dato: España tiene hoy la misma productividad que tenían
Suecia y Austria en 1975. España está en una situación terrible para
salir de la crisis.
- ¿Y no habrá elecciones que lo arreglen?
- Pues ganará el PP, y qué. Da lo mismo.
Lo importante: ¿Quién estuvo hace tres semanas hablando con el señor
Zapatero? El presidente del Deutsche Bank, Josef Ackermann.
- Antonio Garrigues Walker reconoció que si tuviera 20 años estaría en la Puerta del Sol con el 15-M. ¿Usted?
- Con la mentalidad que tengo ahora, en
absoluto. Irte a una plaza a sentarte y en tu manifiesto poner que
quieres derogar la ley antitabaco… Yo les veo que no tienen un proyecto.
Entiendo que tuvieran un objetivo: paro juvenil. Dicen que esto lo
hacía Gandhi en la India. Pero ojo, su objetivo era echar a los
ingleses. Sentaba a los indúes en las vías del tren, se llevaba a medio
millón por delante, y volvía a sentar a otro medio millón. Allí había un
objetivo muy claro. Creo que la palabra les va: indignados. Un
sentimiento de rechazo e impotencia por la falta de alternativas que
tienen. Y el poder ha tenido mucha suerte: estos chicos, mis alumnos, no
son violentos. Con un paro juvenil del 44%, si fueran violentos
entrarían en el Santander y lo quemarían todo.
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