"Si criticáis la globalización en el nombre de una
utopía cosmopolita e
igualitaria, os situáis al amparo de esa misma globalización; si
sois internacionalistas y anarquicos, igualitarios y libertarios, estáis dentro
de la globalización; si creéis —como Debord— en el cambio
permanente, estáis dentro de sus dominios. Si perseguís el sueño de
un mundo mejor —antes que defender la vida de
un país real—, estáis bajo el manto de la globalización, en su versión más ilusa. Si
creéis que es lo mismo nacer en Florencia que en Gabón, estáis sumidos en la globalización
de pies a cabeza. Aquel que critica seriamente a la globalización ama las
diferencias de lugares, de pueblos, de culturas; ama las raíces y las
tradiciones; ama la civilización y el idioma, las costumbres trasmitidas, la
cultura clásica y la iglesia, venera la vejez y respeta la experiencia. Solo
trasciende el horizonte global aquél que es vertical, y que redescubre el cielo
y la tierra hasta internarse en los parajes de lo sagrado"
Marcello Veneziani
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