martes, 29 de enero de 2013

Los combates venideros.


"El mundo antiguo conoció la oposición de unas religiones contra otras, de unas naciones contra otras, de unos pueblos contra otros. El nuevo sistema es el de la oposición de los pueblos, las naciones y las religiones contra el mundialismo que pretende abolirlas, reducirlas, someterlas, y contra aquellos que pretenden dirigir el mundo hacia su unidad en nombre de su elección pretendida o de su autoproclamada superioridad. Y el sistema nuevo será aquel que organice la cooperación entre pueblos soberanos, distintos, unidos y diversos. Los que en la sombra organizan la conspiración de los sabios, de los expertos y banqueros, ésos que exponen a la luz del día su proyecto de directorio mundial, que planifican el camino de la democracia planetaria y se preparan para el gobierno universal, ésos son los peores enemigos de todos los pueblos, de todos los hombres de su tierra, de su sangre y de su fe, de todos los rebeldes, resistentes e insurgentes contra el bien único, la conformidad impuesta y el mestizaje de rigor.

La guerra de los pueblos, de las naciones y de las civilizaciones contra el individualismo universalista y la utopía sin-fronterista es la guerra del presente y tiene lugar en el interior de cada sociedad, de cada comunidad. El mundialismo, el sin-fronterismo, así como el mestizaje y el universalismo. Son los peores enemigos de la condición humana, una condición política que se llama diversidad.

La “insurrección de la diferencia” está ante nuestros ojos. Ella responderá a la utopía criminal de la democracia sin tierra, que conduce al liberalismo a destruir la democracia –es decir, a negar a las comunidades humanas su capacidad de decidir su futuro de forma soberana—al no aceptar la condición de su constitución, que es la separación, la distancia y la singularidad. Una sociedad que no sabe nombrarse a sí misma, contarse y distinguirse pierde su capacidad para actuar, su capacidad tanto para el bien como para el mal. La confusión no es amiga de la libertad"

Hervé Juvin en "Le renversement du monde"



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