domingo, 25 de marzo de 2012

Movimiento Contra la Intolerancia.


http://www.movimientocontralaintolerancia.net/

¿Por qué hemos puesto en marcha este sitio?


La asociación Movimiento Contra la Intolerancia, presidida por Esteban Ibarra Blanco, aparece cada vez que se denuncian actos de racismo, xenofobia, odio e intolerancia. Sus comunicados, notas de prensa y declaraciones reciben una cobertura informativa que no se corresponde en absoluto a la nula representatividad social que en realidad tiene esta asociación. Además, los antecedentes personales de su fundador y presidente le deslegitimizan completamente para dar lecciones sobre tolerancia; en 1975 fue detenido acusado de pertenecer a la banda terrorista FRAP.
Movimiento Contra la Intolerancia edita cada tres meses, con la subvención del Ministerio de Trabajo e Inmigración y del Fondo Social Europeo, un panfleto propagandístico titulado Informe Raxen, en el que sus autores denuncian supuestos casos de racismo, xenofobia, crímenes de odio, discriminación, homofobia, y violencia relacionada con el fútbol. Además, se ofrecen listados de organizaciones de extrema derecha y se denuncia la simbología y parafernalia de las mismas. Sin embargo, los grupos violentos de la extrema izquierda ni tan siquiera son mencionados en esos supuestos informes, y la parcialidad y la manipulación están presentes en todas y cada una de sus páginas.
Los informes Raxen no incluyen ni una sola mención a casos de violencia, abuso o racismo cometidos por inmigrantes contra españoles. Valga solamente citar el caso de la banda de violadores suramericanos que actuaban en el parque del Oeste de Madrid y que fue detenida en septiembre de 2007, que cometían sus violaciones para "vengarse de los españoles". En el Raxen no hay lugar para este tipo de crímenes de odio, puesto que el objetivo principal de esos pseudoinformes ultraizquierdistas financiados con dinero público no es más que la santificación del inmigrante y la demonización del español.
Pero por si todo esto fuera poco, Movimiento Contra la Intolerancia se ha especializado en el cobro de subvenciones de todo tipo por tan demeritoria trayectoria, lo que le ha llevado a recaudar desde 1995 más de cuatro millones y medio de euros.
En un encuentro digital con Esteban Ibarra que organizó El Mundo en el año 2003, varios internautas le formularon al Sr. Ibarra algunas preguntas incómodas, que esquivó con tópicos y con grandes dosis de hipocresía. A la pregunta de "¿Se vive bien del chiringuito del Movimiento Contra la Intolerancia?" respondió que "se puede vivir mucho mejor en cualquier otro escenario. Mi trabajo es de prevención de la violencia y el racismo y de atención a las víctimas. No es ningún plato de gusto observar y trabajar día a día frente al dolor". Preguntado nuevamente sobre quién pagaba su sueldo y a cuánto ascendía, esquivó el embiste diciendo que "en las ONGs nadie gana sueldos que permitan el enriquecimiento. Cualquiera que quiera nadar en la abundancia, deberá buscar cualquier otro sector". En ese año Movimiento Contra la Intolerancia recibió 363.000 € en subvenciones. Juzguen ustedes mismos, a la vista de los informes que presentamos en esta página, a qué cotas puede llegar el cinismo y la hipocresía desplegados por Esteban Ibarra a lo largo de su trayectoria como oenegero profesional.
La esposa del presidente de Movimiento Contra la Intolerancia, Montserrat Moreno Lanza, preside a su vez otra asociación, el Centro de Iniciativas de Comunicación Onda Verde. Como MovimientoOnda Verde también recibe cuantiosas subvenciones públicas, a pesar de ser una emisora de radio sin emisión contínua, emplazada en una habitacionita de la sede de Movimiento Contra la Intolerancia, a pesar de estar domiciliada oficialmente en otra dirección.
Queremos demostrar nuestra disconformidad con este estado de cosas, puesto que no entendemos cómo una asociación que no es imparcial puede recibir subvenciones del erario público para hacer propaganda ultraizquierdista, como tampoco entenderíamos que cualquier otra asociación recibiese dinero público so pretexto de la defensa de determinados valores para hacer propaganda ultraderechista.

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