¿Qué
podemos esperar de un país donde se les busca excusas a aquellos que
vienen a asaltar y a robar mientras que a las víctimas de los golpes y
de las humillaciones se les carga con injustas calumnias y falsas
acusaciones?
¿Que podemos esperar de un sistema en el cual un
delincuente multi-reincidente en vez de estar bajo orden de expulsión
puede tirarse viviendo en nuestro país los años que les plazcan sin ser
molestado, gozando de una bochornosa impunidad y contando con la
movilización de las múltiples asociaciones "ciudadanas" al caso?
¿Qué
se puede pensar de un pueblo que, en vez de sentirse orgulloso por la
resistencia que ofreció a lo largo de los siglos, hoy se muestra
complaciente, aceptando mirar hacia abajo, y dándole poco valor a todo
aquello por los que sus padres lucharon?
No hablamos de estar en
peligro, hablamos de estar en una avanzada etapa de extinción; donde
hemos pasado de un excesivo pesimismo al frio más absoluto de la
renuncia declarada. España muere porque no cree en si misma. Hemos
prescindido de nuestra fuerza por la comodidad del mero espectador,
hemos perdido la capacidad de discernir en pro de nuestra propia
supervivencia. Mucho me temo que algunos no saben siquiera que significa
todo esto.
Por un lado, el neo-bárbaro en ávidas hordas
sedientas de venganza, en el otro, ideólogos izquierdistas y liberales
que ven en esta mixtura neo-tribalista y ultraviolenta la más deseada
victoria contra el mundo occidental que dé paso a las cohortes de
consumidores atomizados que no tengan más identidad que su poder
adquisitivo.
Tragaremos golpes e insultos, luego iremos a
refugiarnos tras nuestra puerta blindada viendo la “vida” pasar a través
de facebook y los telediarios.
Después de todo basta con no
estar en el lugar equivocado en el momento equivocado… De tener los
medios para evitar los peores barrios… De no volver demasiado tarde… De
no responder a los insultos y a los escupitajos…De no “provocar”… De ser
discreto, de fingir no entender y no ver, de no ocuparse de los
“problemas de otros”, de multiplicar nuestros signos de sumisión, de
dejar que la chusma y la gentuza campen en las calles como les dé la
real gana.
Esconderse, arrastrarse, huir, hacer trampas, olvidar,
mentir…Todavía es posible escapar de todo eso, siempre nos quedara el
“honor”, por supuesto,…ese viejo truco que no sirve para nada si no se
pelea por lo que se quiere, palmo a palmo.
Fdo: Resistencia Alcantarilla.
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