sábado, 10 de marzo de 2012

En defensa del feminismo.

Carmen M. Padial para TdE/Ya ha pasado el día 8, día que en un principio era el Día de la Mujer trabajadora, ahora es el Día de la Mujer a secas. Siempre estuve en contra de la segregación sexual en este tipo decelebraciones, ya que, entendía que tan trabajador era el hombre como la mujer, y que siendo ambos personas que entregaban su esfuerzo de forma remunerada a la comunidad, que en muchos casos eran oprimidas y explotadas igual que muchos hombres, no había una razón con fundamento para separar a los trabajadores.

Ahora, al pasar a ser el Día de la Mujer -a secas- le veo algo más de razón, porque los años, la vida, la experiencia te muestra, en muchos casos, lo equivocada que has estado.

Siempre me había mostrado más que crítica con las posturas feministas, pero ahora sé porque el feminismo es y ha sido necesario.

Yo no he sufrido lo que han sufrido las mujeres que antes han intentado trabajar, o conciliar su vida laboral y familiar. Yo no he sufrido que se me niegue el derecho al voto, ni el tener una cartilla propia bancaria, ni se me ha negado el divorcio, ni el poder separarme y poder optar a la custodia de mis hijos. Yo he podido tener cosas y propiedades propias, he podido decidir qué profesión estudiar, dónde desarrollarme como ser humano, cómo vestir, con quien casarme, cuando tener hijos y con quien, he podido entrar y salir a cualquier hora, he podido tener amigos y tomarme un café con ellos sin que la sociedad me juzgara. He podido ser madre soltera sin que me volviera una apestada, he podido tener militancia política real (no sólo social/humanitaria), he podido participar en manifestaciones, he podido seguir trabajando después de casarme. He podido ser mucho más libre de lo que en realidad he sido consciente, y todo gracias al feminismo y al sacrificio y lucha de muchas feministas, gracias a todas ellas.

Puede que sus posturas fueran demasiado radicales, pero eran necesarias en esos tiempos, sino, ahora, las europeas seríamos como esas musulmanas del velo o el burka ¿ya nadie recuerda cuando la mujer debía llevar el pelo tapado, recogido, sin maquillaje y con una faldita decente para ir a misa? Aun se hace…Si la mujer europea goza de libertad, no es porque los hombres europeos nos la hayan regalado por gusto, se ha tenido que ir conquistando y eso ha sido gracias al feminismo, aunque, el derecho a voto en España -en concreto- o el que pudiéramos tener una cartilla propia en el banco, no hayan sido obra del feminismo, eso no resta razón a la necesidad del mismo.

Todas las radicalidades feministas han sido necesarias -como he dicho antes- porque la mujer realmente era tratada como una criada con vientre gestante por parte de muchos hombres, pero no todos obviamente.

La mentalidad de los hombres, gracias a los logros feministas ha ido cambiando, ahora en su mayoría entienden que podemos trabajar y llevar un hogar, aun los hay que no entienden que el hogar es como la patria, es cosa de hombres y mujeres, y que en esos hogares, viven unos hijos que también vienen al mundo gracias a los dos, y que por lo tanto, la educación y cuidados son cosa de dos, o al menos que existan unas normas de reparto para que no todo recaiga sobre nosotras, como casi siempre ocurre. Igual que un hogar no puede formarse sin un hombre y una mujer, una nación no puede ser nación dando la espalda a uno de ellos, sean hombres o mujeres.

La mentalidad y la acción política, tienen denominación de origen masculino, lleva siglos viciada hacia lo varonil, lleva siglos dando la espalda a la mitad del mundo, a quien da vida al mundo, a quien ha educado al mundo, a quien lo da todo por el futuro de este mundo, a quien físicamente y mentalmente está más capacitada para las relaciones sociales. Sin ese feminismo, nada cambiaría, aunque ahora se haya vuelto la otra cara de la misma envenenada moneda del machismo, aun sigue siendo necesario. Mientras que muchos vean un ataque a su virilidad el que las mujeres tengamos nuestro reconocimiento el día 8 de marzo, seguirá siendo necesario. Mientras que haya hombres que te digan: vete a zurcir calcetines, será necesario. Mientras que haya quien te diga: a ti lo que te pasa es que tu marido no te ha dado una hostia a tiempo, seguirá siendo más que necesario. Mientras que existan jefes que traten a sus trabajadoras como su harem personal, seguirá siendo necesario. Mientras que el Estado permita que se difundan canciones sexistas como son todas las mal llamadas canciones “latinas”, el feminismo seguirá siendo necesario (aunque paradójicamente callen ante esto). Mientras que en una entrevista de trabajo te pregunten ¿piensa usted en tener hijos próximamente? será necesario el feminismo. Mientras que los mayores porcentajes de despidos y causas para la no renovación de contratos, en la mujer, sea el del embarazo, será necesario el feminismo. Mientras que en los medios la imagen que se de la mujer sea la de objeto sexual, el feminismo será necesario. Y mientras que no se entienda y reconozca la contribución a la existencia de los derechos humanos, en concreto a los de la mujer y por ende a los de los niños, y a los de toda la humanidad, el feminismo será necesario.

Evidentemente habrá quien me diga que ahora el oprimido es el hombre en muchos casos, si, es cierto, pero también es cierto que no es ni la 0,01 parte de opresión que ha sufrido durante siglos la mujer, ¿qué tal sienta sentirse un poquito así? y no por ello se ha de negar la evidencia: que la mujer ha tenido que luchar siempre el doble que un hombre en todos los terrenos, aun hoy día. En la política, sin ir más lejos tienes que demostrar que vales, los hombres no tienen que pasar una prueba que demuestre su valía. A ello añadiremos el soportar el machismo, porque a una mujer no se la trata como a un hombre políticamente para atacarla, tal y como relató Juan A. Llopart en su articulo sobre la militante del FN francés, ¿porqué no se ataca a la reputación de un hombre? Es que los hombres son libres de tener muchas re-puta-ciones y las mujeres, como ya he dicho antes, les gustan más con el otro burka, el invisible, el que pone una moral enquistada e hipócrita, aunque yo, personalmente, sea muy crítica con las promiscuidades, pero cada cual es cada cual, y esos que siempre señalan son los primeros que no les dicen que no a esas mismas señoras. Luego está el insulto al físico, ¿porque no se dice tal o cual señor es una morcilla, pero si que lo es una mujer?, ¿o si es tetona, o si es más o menos guapa?, señores y señoras, esto no es ni un desfile ni un concurso de Miss Universo, la belleza y la valía está en la cabeza no en el escote o el final de la espalda.

Y habrá quien se escandalice porque estoy defendiendo el feminismo, sobre todo en el ambiente que se dice patriota o nacionalista, increíble que sea así ya que es donde más debería valorarse a la mujer y respetarla. Cansa ver a tanto ofendido ante cualquier reivindicación femenina, cansa que salten como leones ante los casos de maltrato diciendo que si se persigue a los hombres, cansa que siempre que hablen de la mujer sea para que no abortemos, es como si solo fuéramos eso: un vientre gestante y “la reina” de la casa. Cansa que te acusen de feminista como si fuera un delito por defender tus derechos como ser humano, o que te digan que es “progre” defender “a igual trabajo, igual salario”. Cansa que cercenen tu libertad.

La patria es el hogar de hombres y mujeres, ambos deben ser escuchados y respetados, pero no es así. Puede que el talibanismo de algunas feministas, las que persiguen a los hombres, las que los castran, las que los aborrecen y que en su mayoría piensan que sobran en el mundo porque les gustan solo las mujeres…hacen de retroalimento para los machistas, nunca ha habido tanto maltrato ni tantos asesinatos, pero eso no quiere decir que por ello tengamos que volver a nuestras celdas y acatar lo que diga el amo. Tampoco entiendo porque se crea tanta polémica, ¡más que la misma reforma laboral!, en ciertos ambientes “patriotas” por el Día de la Mujer y se empiecen a difundir textos antifeministas, textos que en algunos casos ofenden, me ofenden incluso a mi, que soy madre, que renuncié durante años a mi vida laboral ¡porque me dio la gana! No porque nadie me lo mandara. Me ofende a mí, que lucho igual que otros, y mejor que muchos, por esta patria. Curiosamente quienes más se ofuscan son los que menos hacen y los que jamás podrían sustituir en trabajo esfuerzo y dedicación a sus compañeras de militancia, muchas de ellas luchadoras en silencio, sin reconocimientos más allá del “petit comité”, pocos textos como el que emitió el MSR Málaga les reconocen su esfuerzo públicamente.

Yo tengo una enorme suerte, encontré un lugar donde se me permitió trabajar, donde no se me mimó ni se me trató como a una muñequita o jarroncito, se me exigió –igual que al resto- a creer, obedecer y combatir. Por todo mi trabajo se me valoró y ahora puedo expresarme aquí, por ejemplo. El hecho de que yo sea mujer hace incluso que, por parte de algunos compañeros, se valore aun más mi trabajo ya que saben el trabajo extra que tiene que soportar toda mujer con familia.

Hay camaradas varones con familias que también entregan mucho de su tiempo con los suyos en la lucha, soportan discusiones y diferencias con sus esposas, algunos pierden a su familia o pareja, porque ellas no entienden la entrega, y ellos no suelen poder optar por la custodia de los hijos, es más duro lo que ellos en realidad soportan -en estos casos- que lo que yo tengo que vivir.

Me constan las injusticias que existen hacia los hombres, siempre las he denunciado y las denunciaré porque estoy en contra de cualquier tipo de discriminación -incluida la sexual- sea hacia la mujer o hacia el hombre, pero el talibanismo feminista es el culpable, no el feminismo en si. Existe la defensa de la mujer, el feminismo, algo necesario, y existe el talibanismo feminista, radicalidad que como en cualquier suerte ideológica o religiosa, es algo nocivo y perjudicial sobre todo para nosotras, las mujeres. Ese talibanismo es el que hace que muchos hombres sigan argumentando en contra de nuestros derechos, que algunos nos odien a todas, porque su mujer les ha dejado sin casa, sin coche, y sin hijos, o porque les han plantado una denuncia falsa de maltrato, pero ello no justifica que se nos criminalicen a todas o que se lancen sapos y culebras sobre el feminismo sin ser capaces de ver algo positivo en él. No son las feministas las que defienden a capa y espada abortar, son las talibanes feministas, son las que odian todo lo que huele a mujer con mayúsculas, y la mujer es algo más que “aborto si, aborto no”, aunque algunos solo nos recuerden para eso, para parir , no parir o desparir. Y conste que personalmente condeno el aborto y no apoyo ningún supuesto. Por ello debo condenar y condeno el monopolio que las actuales talibanes feministas hacen de la lucha por los derechos de la mujer, ahora luchar por nuestros derechos se ha reducido a defender el asesinato de los no natos, parece que no existiesen más de dos millones de trabajadoras en el paro (frente a los hombres). Parece, para esas talibanes, que si el salario medio masculino es un 128% del femenino, no tiene importancia, solo importa el aborto y las lesbianas. Parece que nada importe que la tasa de empleo de las mujeres en España sea 11,6 puntos inferior a la de los hombres. Tampoco les importa -a estas genocidas- que el 76% del trabajo a tiempo parcial, sea para nosotras las mujeres. Ni que el 95,8% de la población inactiva de nuestro país sean mujeres ¿por qué? Porque miles de ellas son trabajadoras en el hogar y son responsables del cuidado de niños, dependientes o ancianos, sin que tengan una remuneración o un reconocimiento de ningún modo.

Nadie les reconoce su labor más allá de sus familias, ni siquiera las abanderadas del actual feminismo abortista. Si hasta la lactancia materna les parece un abuso del niño hacia la madre equiparándolo con el canibalismo (dicho por J.A. Griñan candidato por el PSOE a las elecciones andaluzas a su clero feminista talibán).

Se me puede entender o no, que avanzamos hacia una revolución en muchos aspectos, la mujer posee más peso, algo que por derecho nos pertenecía, pero ello no quiere decir que, en el otro lado de la balanza, no deba estar el hombre, como bien he dicho antes, las patrias, los pueblos, las familias, las forman hombres y mujeres, y solo la unión de la conciencia femenina y masculina podrán conducir hacia un cambio justo y real nuestras sociedades y movimientos revolucionarios nacionales. La unión del hombre y la mujer da la vida, nunca debemos olvidarlo, y esta sociedad está enferma, muere, necesita la vida, el equilibrio. Eso es lo que le falta a los movimientos nacionalistas europeos, entender que, como bien me dijo un día Juan A. Llopart, en un movimiento deben existir hombres y mujeres casi en un mismo número, para saber que éste, está sano y que es capaz de gestar una verdadera revolución.

Entonces, y solo entonces, el feminismo no será necesario, ¿y el machismo? habremos olvidado qué era eso…

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